La telaraña del lider

Un buen dia comprendes que has hecho algo distinto, has conseguido evolucionar y tienes un minuto de reflexión para pensar en lo que has logrado. Ahora de la nada arrastrado por la propia inercia y por una idea fugaz has encaminado tu vida a un objetivo que se presenta en un cortisimo espacio de tiempo. Incomprensiblemente se convierte en tu todo, en una meta inviolable que has de alcanzar de una forma fugaz, emergente y enfocada como si tu vida dependiera de ello.

Y es que todo está construido, ver como pequeñas recompensas económicas o una situación de prestigio hace que poco a poco vayas cayendo en el pozo del autoconvencimiento y la autocomplacencia. Ahora eres válido, adquieres importancia de una forma efervescente casi sin hacer nada. Unas cuantas charlas y unas cuantas acciones hacen que el reconocimiento social a tu labor muestre de ti el profesional que has querido ser. Ya desde la mitología griega se muestra en el espejo de Oesed que muestra no lo quien eres sino en lo que realmente quiere alcanzar tu corazón. Caray qué rápido vemos emerger la imagen del líder.

En tan solo unos meses ya tienes un equipo trabajando que ha decidido seguir los pasos de una cadena que ya está construida. Aquellos que te convencieron para que formaras parte de su organización han sonseguido identificarte, y ahora duplicas su labor convenciendo a otros para que hagan el mismo camino que tu. Ahora te conviertes en mentor. Y lo curioso es que hace muy poco, estabas en tu soledad intentando adivinar qué hacer con tu vida. 

Mentor o profesor, y es que da igual como lo llames, lo importante es la posición superlativa que vas adquiriendo con cortos espacios de tiempo. Te vas sintiendo seguro porque ya tomas decisiones al conjunto del equipo que manejas, y te siguen muchas veces con la esperanza de convertirse algún dia en lo mismo que tu.

Políticos, comerciales, asesores, comunicadores y un sinfín de profesiones dejan de mostrar el verdadero contenido de lo que se está haciendo para comenzar a proyectarse de forma personal. Y es que ahora las cosas cambian. Ya no basta con el reconocimiento social, ahora es necesaria una edificación personal basada en el ego y en la idolatría de aquellos seguidores que duplican o siguen ya no al trabajo en sí, sino a la persona. Ahora tu eres el producto, tu propia marca, lo comunmente llamado "Personal Branding"

Cuantas veces hemos visto en internet apariciones explosivas de personajes que de la noche a la mañana se muestran como grandes profesionales como si de mesías se trataran, pero con un contenido lento, escaso y completamente vacío. La vanidad adquiere definición, vacía de contenido quedando sólo la forma. Unicamente están mantenidos por su propio ego, ganando aquellos emonumentos que su labor de charlataneria les permite, o quizá aquellos que han decidido agarrarse a una silla con el firme autoconvencimiento de que hacen algo por "la causa" quedando autolegitimados y convertidos en héroes o salvadores. Cuanta demagogia ego-obsesiva carente de contenido. ¿Cómo es posible que hayamos vivido hasta hoy sin este descubrimiento?

Pero uno se pregunta... ¿Por qué esta exposición personal dentro de un branding reputacional basado en la persona? ¿Por qué un llamado líder sigue siendolo a pesar de que la oportunidad haya cambiado? ¿es acaso probable que existan entre nosotros mecenas que nos guian al abismo casi sin darnos cuenta? ¿Si ironizáramos sobre nosotros mismos... romperíamos con todo esto?

Muchas veces vemos en oportunidades emergentes como las personas con escasos recursos invierten todo lo que tienen convencidos del logro de una persona que supo estar en el momento adecuado con las personas adecuadas, pero esto sucede muy pocas veces la vida ¿Realmente estos seguidores se han dado cuenta de que están siendo arrastrados? En el mundo político, por ejemplo, hasta hace poco haciamos caso a ciegas de quienes nos gobernaban, menos mal que la clase política está dañada en su reputación gracias a esta crisis que ha puesto en duda todos los valores que conocemos hasta el dia de hoy. Ya un político por más que pretenta mantener su integridad y confianza, carece de estos valores ante la opinión pública precisamente porque ha decidido en basar su carrera política en el ego, y no en el proyecto. Todo se desmorona rápidamente a un ritmo que asusta. Dile a un político que es ególatra y espero que sepas soportar la respuesta.

La bendición la encontraríamos si contodo esto se lograse que la carrera política o empresarial fuese despojada de todo halo mesiánico. Puede que vayamos camino a ello y que por fín el político por ejemplo sea lo que es: Un mediador para la realización de una comunidad de personas. Pero quizás, alejados de la religión y quedando muchos más siglos atrás las jerarquías del Olimpo, busquemos dioses o semidioses emergidos de la presencia en los medios. El culto al triunfador es una clara muestra de entes vacíos. Hoy el dia el verdadero líder es el imago del triunfo.

Personalmente cuando veo a un líder, empresarial o político, intento siempre averiguar qué hay detrás de esta repentina aparición divinosa. Hago historia y observo su proyección personal. Normalmente son aquellos que han sabido negociar, aquellos que pretenden dar los pasos de dos en dos arrastrando intereses de otras personas que endeudan indirectamente sus vidas con la intención de dar cabida a un proyecto construido en el aire. Claro, aquellos que sean esto y sean líderes pensarán que esto es un verdadero disparate... pero ¿que te ha llevado a convertirte en líder? ¿a cuantas personas has arrastrado en este propósito?. Como líder... ¿Cuanta seguridad has vendido con palabras en situaciones en las que ni siquiera has estado en una posición segura?

Nuestra sociedad ha erradicado de por sí todo proyecto basado en el ego en un proceso evolutivo realmente tangible. Fijate como por ejemplo que cuanta más importancia adquiere una persona relevante, comunmente llamada líder, tarde o temprano acaba siendo derribada por la opinión pública. Por ejemplo, ahora se vende de manera decente que un político ha de ser renovado cada 8 años, y eso queda muy bien ante una opinión pública poco convencida... pero es el tiempo de media en que la sociedad comienza a invalidar tanta acción cargada de buenas intenciones y cheques bajo la mesa. Estrategia política con fecha de caducidad de 8 años, para que no se note y qué bien vende.

Todo proyecto liderado por una persona emergente, llamada líder acaba conviertiendose en obsoleto si no se trabaja el contenido, el trabajo en sociedad y común, estableciendo valores que empujen directamente al colectivo que se lidera... pero es que "lider" es una palabra que me aterra. Y es que estos líderes políticos o empresariales ¿Son la cara, la marca de fábrica de un grupo de honor y poder? ¿Peleles?

No me quiero atrever a citar a aquellos que se rigen en bendiciones y en quienes empujan al resto en decirles que son triunfadores, sin mérito ninguno, simplemente por convertirte en seguidores de un líder. De repente eres alguien a quien construir con apoyos que son retirados en el primer momento que cometes el mínimo error y no por error como tal (que son escondidos), sino errores que cuestionan al líder.

Hablemos de los aduladores, aquellos que el lider necesita para su vivencia, son aquellos que ocurra lo que ocurra siempre estarán al servicio del líder y cantarán a su oido justo lo que el lider necesita para continuar con su desempeño. Es muy dificil encajar una crítica al interno de conjunto que es liderado, es siempre mejor suavizar el oido con alavanzas que vienen de estos aduladores. Lamentablemente para el líder y afortunadamente para quien tiene cierto raciocinio no siempre es el adulador quien apoya al lider sino quien lo utiliza como una relación parasitaria. Es realmente el adulador el alma inteligente que vive de la estela del lider, cuanta inteligencia innata escondida en un frasco tan pequeño.

Ni hablar de aquellos técnicos siempre prescindibles que apoyan la labor de un empresario o un político, aquellas victimas claramente identificadas que son eliminadas en cuanto se tiene una diferencia de opinión. Los técnicos que construyen y erigen la imagen del lider, que no hacen no porque realmente tengan un convencimiento de ello, sino porque de ahí radica su medio de vida y su subsistencia, y quienes en verdad luchan dentro de su profesión por el propio proyecto, ya que son los constructores cumpliendo órdenes en un sometimiento de peones. Cuantas veces son eliminados del mapa de forma imperante ante una diferencia de criterio o cuando han decidido que el líder no actúa de la forma más adecuada en pos de su desempeño como tal. La crítica al líder rompe la confianza de forma instantanea, como si el técnico hubiera confiado por un instante en el líder y no en su propio medio de vida. ¿Te atreverías como técnico a decir que no confias en el líder? ¿Es mejor seguir redactando discursos, solucionando aspectos técnicos, actuando de forma social para el líder de forma silenciosa?. Irónico puede ser el estado de percepción de un líder que lea esto. Total, siempre habrá técnicos en peor circunstancia dispuestos a sustituir a otros técnicos, y esto el líder lo sabe y he escuchado a muchos decirlo de forma cínica.

La identidad de respeto ante otros líderes se plantea como un baile de cortejo realmente curioso, como si de una danza magistralmente orquestada se tratara. Yo te veo y te respeto como líder y no me atreveré a rivalizar siempre que no rivalices conmigo, es la baza de este baile ante otros líderes. Realmente se establece una relación conformista, de mirar hacia otro lado, ya que es mejor competir con la plebe que con otro líder. Y este entorno clasista lo vemos a diario en medios de televisión, prensa y radio ante políticos, empresarios y algún que otro aficionado. Siempre se ha dicho que es mejor guardar una carta en la manga pensando en el apoyo o el voto de silencio que en un futuro pueda ser necesario ante una estrategia que dan ganas de bostezar. Este baile no solo lo vemos en la especie humana, también en alguna otra especie ovipara, ¿no te suena familiar?

Ante este vehemente enfoque hemos de volver a lo que realmente importa y evidentemente las sociedades basadas en juntas de gobierno de varias personas son las que funcionan, con porcentajes de participación equitativos que hagan que cada miembro pese en su decisión. El trabajo en equipo es el verdadero sistema que ha demostrado ser perfectamente compatible con la continuidad en el tiempo de un proyecto. Ahora el líder queda relegado a un segundo plano por el bien de su estructura. "Aqui mando yo" son palabras que sobran ante una entidad colaborativa.

Pero claro, hemos sido criados, educados y programados socialmente en un ámbito de competición personal basada en el ego. Nuestros exámenes los aprobamos nosotros mismos, nuestra lucha interna es propia, nuestra proyección personal es propia... el error está en los propios valores educacionales inclulcados desde la infancia. Sirve de ejemplo esta reflexión: ¿Que ocurre cuando se tiene una posición? Se busca el poder... y ¿Qué ocurre cuando ya se tiene el poder sobre un ámbito en concreto? Se vuelve este poder en dictadura.

Ahora es cuando se establecen las confianzas extremas, o estás conmigo o estás contra de mi, en un ejercicio despótico en el que se esconde el interés del ego de liderazgo en aras de una falsa sensación de proyecto. Si yo te contara cuantas veces he trabajado para personas en las que no he confiado ni lo más mínimo ni por una décima de segundo. Ya decía Séneca: "Si quieres conocer realmente a alguien, dale poder". Evidentemente no hay nada más aterrante que darle una escopeta a un tonto.

Políticos, empresarios, emprendedores son víctimas del liderazgo que brinda una falsa sensación de bienestar, control y buenas maneras, pero que lamentablemente no rinde ante los intereses de quienes se lidera. Obviamente el ego en cierta medida es necesario, pero a menudo cometemos (la especie humana) de no saber medir tan dulce sensación de importancia ante el resto, y esto es histórico.

Esta tela de araña bien tejida lleva tiempo inventada atrapando a los unos y a los otros, y aquellos que tienen mucho que perder y poco que ganar caen en ella en repedidas ocasiones arrastrados por la esperanza que sabe vender... el líder.